Yoga Hatha : un yoga fácil para principiantes
Cinco siglos antes de Cristo se creó Yoga Hatha convirtiéndose en el Yoga más tradicional del que hoy en día emanan los otros tipos como el Bikram o Vinyasa entre otros. Nació en el Sur de la India en la antigua escuela de Nath y se le atribuye a Goraksha Nath dejando en su extensa obra muchos escritos relacionados sobre cómo llevar a cabo esta actividad.
El Yoga Hatha
Antiguamente el Yoga se centraba más en la parte espiritual y la mayoría de las posturas se realizaban sentadas. Se trataba de integrar aspectos básicos de nuestra persona como el físico, mental, emocional, social y espiritual de manera armónica. Progresivamente se fueron introduciendo posturas para dinamizar la práctica y lograr así una conexión más profunda con la mente. En el siglo XX se modernizó el Yoga al ser considerada un método accesible para fortalecer el cuerpo tomando en los años 1930 la forma que el Yoga tiene hoy en día. Otro hecho importante fue la mezcla de Oriente con Occidente que provocó la creación de nuevas posturas. En los años 60 los países occidentales tienen más interés por la India y es cuando se empiezan a abrir las primeras clases de Yoga en el Reino Unido y expandiéndose más tarde a todo el mundo.
El Yoga Hatha es uno de los tipos de yoga más completos ya que se trabaja el cuerpo y la mente siendo, además, uno de los más recomendados para principiantes ya que el ritmo es moderado. Hoy en día, el Yoga Hatha se ha convertido en el más expandido en Occidente ya que es una manera de ejercitar nuestros músculos y se ha introducido en numerosos gimnasios como una clase más a la que acudir.
El objetivo es la ejecución de diferentes asanas para armonizar el cuerpo y el espíritu. Se trata de un Yoga energético donde se deben seguir seis pasos: las asanas o posturas físicas, la prana o control de la enrgía vital, la pratyahara o introspección, la dhyana o meditación la samadhi o integración y la dharana o concentración.
Originalmente la palabra Hatha se compone de dos palabras Ha que significa sol y Tha que significa luna. Al ser dos términos opuestos pero complementarios, nos damos cuenta de que el Yoga Hatha une energías opuestas y mismo tiempo complementarias que nos ayudarán a estabilizar nuestro espíritu.
La ventaja es que no se necesita casi nada para poder practicarlo: basta con una esterilla y un lugar bien ventilado. Sin embargo, para debutar en el Yoga Hatha se recomienda hacerlo de la mano de un instructor que podrá corregir las posturas e introducirte en el mundo del Yoga.
Una clase de Yoga es bastante completa y consiste en realizar una serie de asanas acompañando la respiración para favorecer la flexibilidad y la relajación. Actualmente, la práctica moderna se centra más en lo físico para aportar flexibilidad y fortalecer los músculos.
Todo el mundo puede iniciarse en el Yoga Hatha ya que es una modalidad introductora al yoga donde las figuras que se realizan son bastante sencillas. Por ejemplo tenemos la Postura de la Cabra, la Postura del Triángulo, la Postura del Arco, la Postura del Camello, la Postura del Saltamontes entre otras. Si se quiere incluir algunas posturas enfocadas más a la meditación se recurrirá a la Postura del Niño, la Postura del Árbol, la Postura del Cadáver o la Postura del Loto. Una vez que hayamos adquirido estas posturas correctamente podremos seguir avanzando hacia otras posturas del Yoga más complejas.
Un punto clave de esta práctica es llevar una rutina adecuada donde se controla la respiración se hace un buen calentamiento y se llevan a cabo ejercicios de flexión y extensión, torsión e inclinación lateral. Sin olvidar practicar la meditación y la relajación. El éxito es introducir el Yoga en una rutina más de nuestro día a día para ver un verdadero cambio en nuestro estilo de vida. La actitud con la que nos enfrentamos a esta práctica es fundamental ya que no se trata de ser competitivo sino de ser constante, paciente y cultivar el respeto, la amabilidad y la atención que dicta nuestro interior.
De entre los beneficios de realizar el Yoga Hatha están la reducción del estrés, mejorar la postura corporal, mayor flexibilidad y fortaleza física y mental. Al ser una conexión entre cuerpo y mente nos ayuda a mejorar problemas de carácter físico para lograr una estabilidad mental y psicológica.
El Hatha Yoga es altamente recomendado para mujeres embarazadas. Durante estas sesiones se llevan a cabo ejercicios de relajación ideales para combatir los cambios de ánimo y las tensiones que se sufren en este estado. Como los ejercicios del Yoga Hatha están enfocados en la respiración y la tonificación de los músculos especialmente los de la pelvis lo convierten en un ejercicio perfecto para la preparación al parto. Las clases de Hatha Yoga para embarazadas deben hacerse en compañía de un instructor que sabrá guiar a las futuras madres a realizar las posturas más beneficiosas para ellas y sus bebés.
Lo que está claro es que gracias a la ejecución de las asanas y a la respiración se activa la conexión entre cuerpo y mente fluyendo así hacia pensamientos positivos. Si se realiza en solitario el Yoga nos ayuda a conectar con nosotros mismos mientras que al contrario su se hace en sociedad ayuda a conectar mejor con nuestro cuerpo y la energía de los demás. En Occidente el factor competitivo está más latente que la tradición oriental basadas en el ser interior pero la práctica del Yoga Hatha conduce a una elevación del individuo y requiere de un gran control mental por lo que tanto si es competitivo o no esta práctica puede ayudarnos a canalizar nuestras emociones al mismo tiempo que estamos liberando nuestra mente de todos los aspectos negativos como el estrés, factores de nuestra personalidad (egoísmo, ego…). En la parte física nuestros músculos se ven fortalecidos y gozamos de una mayor flexibilidad, nuestro sistema circulatorio mejora convirtiéndose así en una práctica muy recomendable.